Mar 17, 2009

Es spam o no lo es

Dejando a un lado los trascendentales asuntos del mundo, hoy me preocupa un tema de lo más terrenal: el spam o correo no solicitado, o correo no deseado para ser más precisos.
No deseado porque, como la mala hierba del patio de atrás, continúa creciendo y creciendo y acaba por impedirnos el acceso al resto del jardín.
Acabada la metáfora, debo reconocer que hasta ahora me he encontrado más o menos libre de tamaña lacra. No así aquellos que poseen una dirección de correo más o menos oficial, que aparezca listada por ejemplo en la página web de una universidad. Sorprendente y horrorosa la experiencia que un poseedor de una cuenta de correo de ese tipo debe atravesar cada mañana cuando comprueba su correo. Obviamente la famosa pastillita azul se lleva la palma, junto, como no, los alargamientos naturales o no, de pene. Me da por pensar que mi mujer haya estado hablando sobre mis más íntimos detalles con alguna completa indiscreta y alguien se ha apiadado de ella y le envía amablemente la solución a su particular y personal vía crucis erótico-festivo. Aprovecho la ocasión, como no, para negar total y absolutamente la pertinencia de los mismos.
Pero no nos descentremos del tema. Aunque daría para un artículo el debate sobre por qué no se ofrecen tantas operaciones de pecho como aumentos de pene en el spam mundial.
Algunos dirán que en caso de recibir un correo no deseado, con no leerlo problema solucionado. En mi opinión es mejor hacérselo saber al emisor. Pero si se reciben cientos de correos al día la tarea resulta inviable y, la verdad sea dicha, para uno que devuelves con tu queja adjunta, resulta que has matado una mosca a cañonazos y te has excedido. Y aprovecho para decir que me acaba de suceder y no daré más detalles.
Lo cual me lleva a enlazar con algo mucho más interesante. ¿Pero quién manda todos esos correos? Si es ilegal ¿No se les puede enviar a la carcel? No, porque el verdadero spam no viene del pequeño empresario que aprovecha unas cuantas direcciones de correo más o menos conocidas para darse a conocer en busca del preciado cliente. El verdadero spam se origina en el ordenador de tu vecino, tu amigo o de la empresa donde trabaja tu padre. ¿Cómo así? Sin entrar en números, que están por ahí, bastante accesibles por cierto, un elevado porcentaje de los ordenadores personales del mundo cuenta con un virus o troyano que lo convierte en lo que se ha dado en llamar un robot. Básicamente se trata de un ordenador que está dormido hasta que la organización (mayoritariamente de los países del este) que lo ha infectado lo "vende" al anunciante como foco generador de emails ofertando aparataje sexual variado y demás extravagancias. En el camino, se ha perdido el trazo a la mafia que secuestro cientos de miles de ordenadores por todo el mundo y el anunciante puede aducir que compro un servicio legal de envio de correos, sin preocuparse de cómo serían generados o enviados.
¿Es mi ordenador uno de esos robots? ¿Cómo se ha podido infectar?
A la primera pregunta se puede responder comprobando si el tráfico saliente se corresponde con nuestra actividad online o parece ir por su cuenta. Aunque lo ideal para ello es un software tipo Wireshark, que aparte de contar con licencia GPL (algún día contaré que es esto, pero ya puedo avanzar que es mejor que el sello Idiazabal o la marca de Microsoft, para el software), permite analizar el tráfico entrante o saliente de nuestro ordenador. En todo caso, para los profanos es bueno mirar en el icono de red junto al reloj. Si se enciende cuando no navegamos "puede" ser un mal indicio (también puede ser que el antivirus o windows se esten actualizando). En todo caso nada nos salva de simplemente estar infectados pero dormidos a la espera de ser activados.
El mayor foco de infección está con mucha distancia en los correos graciosos que circulan de escritorio a escritorio dejando un rastro de sonrisas y virus tras de sí. El siguiente es visitar páginas web no deseables y descargar archivos a través de P2P.
En resumen, lo más entretenido de internet es lo más peligroso.
Mi valioso consejo: los ordenadores no son tan caros y las cuentas de correo son gratuítas. Lo mejor es separar ocio y trabajo. De ahí mi mala leche de proporciones bíblicas cuando recibo correos ociosos y/o graciosos en mis cuentas de trabajo.